El Apocalipsis que se evitó

El 26 de septiembre de 1983, Stanislav Petrov era el oficial encargado de rastrear los posibles ataques enemigos en el comando central de la inteligencia soviética. Era poco más de la media noche cuando las imágenes satelitales informaron de un inminente ataque con misiles estadounidenses. Para suerte de todos, el hombre responsable de “apretar el botón” tuvo la genial idea de dudar en cumplir las órdenes de sus superiores. 

CINCO MISILES NO SON SUFICIENTES 

Para la década de los 80, la III Guerra Mundial era un escenario que se daba por hecho. Las continuas hostilidades entre el Estados Unidos y la Unión Soviética no se superaban y provocaciones como el derribamiento de un avión de pasajeros surcoreno [con varios norteamericanos a bordo] o la realización de nuevos ejercicios militares por parte de la OTAN hacían creer que la confrontación era inevitable.

Petrov tenía la orden de registrar cuando los misiles nucleares enemigos enrumbaran hacia suelo soviético. Un enorme sistema, que incluía una serie de satélites sobre cielo americano, informaría del despeje de las ojivas del terror. El oficial a cargo sólo debía comunicar a los altos mandos bolcheviques. Ellos decidirían acerca el destino de la humanidad.

Sin embargo, para Petrov la información que mostraban las pantallas esa noche resultaba extraña. Era cierto que detectaba el ataque enemigo, pero este sólo se estaba realizando con cinco misiles; es decir, EE. UU. tenía cientos de armas y ¿había decidido atacar solo con una milésima de su fuerza?

“La gente no empieza una guerra nuclear con solo cinco misiles.”, dijo el oficial cuando fue consultado por sus superiores al no haber informado inmediatamente de la situación.

UN HÉROE SIN QUERER 

Petrov descubrió que una rara interacción astronómica entre la Tierra, el Sol y el satélite ruso eran los responsables de la falla del sistema, lo que puso en ridículos a los altos mandos soviéticos. El oficial no fue castigado por su desobediencia pero si lo reasignaron en un puesto inferior.

Hoy, el ahora teniente coronel en retiro vive como pensionista en un poblado ruso y ha sido condecorado por varios organismos internacionales, quienes reconocen en su arranque de discernimiento el haber evitado un desastroso apocalipsis nuclear para el planeta.

Curiosamente, “no hacer nada” fue lo que salvó al mundo aquella vez.

Revisa el reportaje realizado por la BBC sobre S. Petrov

También compartimos un video de History Channel sobre "El hombre que evitó la III Guerra Mundial".