Jeff Bezos intenta conquistar Francia, vía Luxemburgo. Baja dramáticamente las precios de sus libros, incluso yendo en pérdida, para fidelizar a millones de franceses amantes de la lectura. Evade impuestos, pues factura en un país dónde la tasa impositiva es inferior, y domina el mercado galo haciendo quebrar a la mayoría de sus competidores. De pronto, cuando el mercado es suyo, sube los precios y monopoliza todo el intercambio comercial en su propio beneficio.

Lo que pareciera ser un cuento surrealista podría estar sucediendo actualmente. La Asamblea Nacional de Francia acaba de aprobar una ley que prohíbe a Amazon y otros proveedores de libros on line a no facturar por el costo de envío en la compra de libros. Así como lo lee, las autoridades galas intentan dar luz verde a una norma que obliga a los consumidores a pagar por un servicio que el vendedor intenta regalar.

La explicación de la curiosa iniciativa surge de la ya discutida y conocida estrategia de Amazon. Para los libreros franceses, la compañía de Bezos intenta penetrar el mercado editorial de manera ilegal ofreciendo no cobrar por el envío de productos, lo que resultaría ser un encubierto descuento que sobrepasa el 5% permitido por las leyes de ese país.

Las organizaciones editoriales consideran que Bezos hace dumping al utilizar los miles de dólares obtenidos por el no pago de impuestos en Francia y las ventas de otro tipo de productos para subvencionar una malsana práctica que pone en riesgo la libre competencia de mercado

La Ley aún debe pasar por el Senado francés ante de ser promulgada; sin embargo, la unanimidad en la aprobación por parte de la Asamblea Nacional permite suponer que en Francia: la izquierda, la derecha, el centro, la centro derecha, la centro izquierda, la centro derecho izquierda y todas la combinaciones políticas posibles se toman muy en serio la política cultural de su país y la defensa de los intereses de sus empresarios y, sobretodo, de sus ciudadanos.

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